Hoy, caminando por las calles de Buenos Aires pienso mucho sobre mà vida y de quienes me rodean... no te preocupes... no voy a tocar temas que puedan incomodarte... pero en definitiva eres con la única persona cercana y palpable con quién cuento en Buenos Aires, y sea como sea, me siento bien hablando contigo... asà sea en esta oportunidad con una carta... porque la magia de la escritura es la sana reflexión y pensamiento que exige el hacerlo... la escritura es la palabra pegada al cielo de las letras y los sentidos...
En casos como estos cuento con amigos en quien fiar mis dudas, mis sentimientos, salir a caminar con ellos y discutir de la vida y el amor... aquà solo tengo mi propio pensamiento y propias acciones y tengo el tiempo suficiente para pensar en quién soy, qué he sido y hacia dónde podré ir...
Hay una cosa que si me tiene con un nudo en la garganta y es lo que ha pasado contigo... es algo que me pasaba con frecuencia en Bogotá. Al principio era simpático… luego yo me entusiasmaba y querÃa ahondar en mis sentimientos con esa mujer… y luego terminaba fastidiándola y generándole incomodidad… es triste sentir que lo he hecho de nuevo contigo y que si no doy lo necesario.. esta situación se podrá repetir indefinidamente…
Estoy triste… es la verdad… mi renacer parece que no da resultado… sigo teniendo el mismo ego roto que me hace daño y hace daño a los demás… Estoy triste…
Aún no veo luces que pueda superarlo… quisiera tener el suficiente temple para amainar esta situación egoÃsta en mi vida… la sabidurÃa necesaria para enfrentarme a él y caminar entre los astros vibrando de felicidad por haberlo logrado…
Sólo escucha mis palabras… porque extraño las tuyas… extraño que me hables de ti…
Pero callo… mi voz se apaga ante una palabra tuya en tu defensa, sea asà o no… cuanto desearÃa poder abrazarte y consentirte y acariciarte con la sana esencia de los seres humanos, transparentes, sin pensar en nada más que en la bondad, ternura y nobleza que la humanidad pueda dar… a veces creo que busco la sÃntesis del amor de la humanidad en la mujer que sueño… y parece cada vez más una utopÃa…
Me duelen los ancianos en la calle, la gente pidiendo qué comer… pero me duele más mi indiferencia y quisiera romperla de alguna forma… quizá eso sea un gran sanador de situaciones en mi vida… en definitiva, siento como que la necesidad de ayudar de alguna manera a la humanidad la ahogo en lo más profundo de mi mezquindad y perversidad egocéntrica…
Yo no espero que puedas darme alguna solución…yo no espero que puedas ser lo que yo busco… solo espero cuando esté a tu lado disfrutar tu existencia y sonreÃr con tu dulzura asomada por las mejillas rojizas de alegrÃa… asà sabré que la humanidad es una utopÃa realizable, frente a ti, siento la tranquilidad que es posible…
Seguiré caminando... pensando en mi vida y en quienes la rodean…quiero pasar inadvertido, pero generar también amor y ternura con las personas con quién me encuentre… debo purgar en mà los sentimientos acumulados de años de soledad y crÃtica descabellada hacia ningún lugar….
Quiero que estés cerca de mà cuanto sea posible, porque la vida no brinda las cosas porque sÃ, sino que te las entrega para que reflexiones sobre lo que has hecho y te anima para poder mejora tu existencia y la de los demás…
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